Cuando yo nací
ya estabas aquí
con tus
palabras calladas y tus juegos inventados
en ese mundo
aislado en el que nunca nadie ha entrado,
son tus melodías
las que nunca te han faltado,
en esa
soledad amarga que nunca nadie ha superado.
Eres el
maestro en tantas de mis manías,
y a la vez el causante de muchos de mis desvelos,
eres el
protagonista de tu propia historia,
y ese dolor marcado
de impotencia que día a día me acompaña.
eres parte
de mi y a la vez me eres tan ajeno .
Shushannah Martin
Shushannah Martin
Hola, Susana. Qué manera de expresarlo, y con tan poquitas palabra. Cuando leí tu poema ahora en la mañana, me quedé muy pensativo —segunda vez que vuelvo a leerlo— ha de cuenta que me cae como abrigo al cuerpo. ¿Quién mejor de quien tiene un familiar cercano viviendo en ese mundo aislado para entender tu hermoso texto? Me gustaría agregar que yo mismo llegué a adulto pensando que era autista; autista por esas cosas misteriosas que el destino depara; de hecho, recientemente uno de mis vecinos que tiene un hijo autista me dijo: “a él ni lo salude, es autista”. Le contesté: “yo era autista por eso lo saludo y no le extrañe, mi buen amigo, que cuando sea grande le guste escribir, como a mí”. Dios bendiga a esos niños especiales y a sus familiares. Gracias, Susana, por tus bellos mensajes hechos poesía.
ResponderEliminarMuchas gracias Leopoldo, creo que en mi visión de hermana menor un poco de ese autismo siempre me acompaña , de hecho en mi infancia, niñez y adolescencia e incluso edad adulta no me caracterice por ser de las personas mas comunicativas, tal vez por eso prefiera plasmar mis ideas y mis pensamientos por escrito que a viva voz.
ResponderEliminarHola, Susana. Gracias por responder mis mensajes, me identifico contigo, de hecho si me hice aficionado a la redacción, fue por lo mismo que tú comentas, pero tengo que compartirte que recientemente, ocurrencias mías, me inscribí a unas clases de teatro, aquí en mi ciudad. La maestra una señora cubana, (el acento cubano puede ser rudo a oídos de un mexicano), me pidió que me pusiera en medio del foro y platicara algo de mí, les dije a ella y a las y los demás alumnos, “mi fuerte es escribir, no hablar en público, escribir es mi don”. La maestra —después de toda mi introducción— con voz firme y muy fuerte me dijo: “¿qué nadie te ha dicho que también tu fuerte y tu don es hablar en público?” Claro ella se refería a mi timidez, vencerla ejercitándome en esta otra disciplina, el teatro. Cosas que le pasan a uno en la vida, tenemos mucho de donde “nutrirnos”, más en esta era cibernética. Saludos cordiales, estimada Susana.
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