Es un mundo en la imaginación
de quien lo escribe,
la grata emoción de quien lo
compra,
la efímera incertidumbre de
quien se lo encuentra,
la deliciosa aventura de
quien lo lee,
la confianza plena de quién
lo presta,
la ira implacable de quien lo
destruye,
la gran responsabilidad de
quien lo carga,
la alegría constante de quien
lo recuerda,
la fidelidad cautivadora de
quien lo relee,
la tristeza irreemplazable de
quién lo pierde,
la ignorancia absoluta de
quien no lo sabe apreciar,
y siempre, siempre … la mejor de las compañías.
Shushannah Martín