Ojala no existiesen las distancias,
ni las personas que tienen que separarse de sus seres
queridos,
que existiese algo que pudieses cerrar los ojos y aparecer
donde quisieses,
que bastase un simple pestañeo, un simple suspiro y ya esta,
pero no, la vida es más complicada,
las distancias existen y nuestro mundo es tan grande y a la
vez tan pequeño,
que no lo podemos recorrer en un día y sin embargo, allá
donde quiera que vamos,
nos vamos encontrando pedacitos de nosotros mismo,
gente de esa tierra que nosotros ahora dejamos atrás,
y que en otro momento otros tuvieron que dejar.
Nos convertimos en emigrantes,
en extranjeros en una tierra extraña que a veces nada tiene
que ver con la nuestra,
en solitarios nostálgicos a los que se le quiebra el corazón
recordando su tierra,
en tesoreros de cada recuerdo y cada instante de esa gente
que dejó,
y en esos soñadores que sueñan que pronto van a volver,
somos tantas cosas y tantas que ya dejamos de ser,
pero sobre todos somos nosotros, con nuestras altas y
nuestras bajas,
somos esos que seguimos honrando a nuestra tierra por lejos
que ella esté,
celebrando sus fiestas porque eso lo que debemos hacer,
porque uno se puede distanciar de tu tierra, pero siempre
sabe de donde es.
Susana Martín Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario