
Hoy de nuevo como hace ya cierto tiempo he decidido escribir sobre las palabras.
Esas que tienen la capacidad de diferenciarnos de los animales, esa que nos hace poseedores de el don de la palabra, y que dependiendo de la forma en que las utilicemos es lo que realmente marca la diferencia entre lo que somos y lo que hacemos.
Hay palabras que hieren y otras que te alientan,
hay palabras que matan y otras que dan la vida
hay palabras dulces y palabras fuertes,
hay palabras apropiada e inapropiadas,
hay palabras que debes medir antes de decirlas,
también las hay que mejor que no sean dichas porque igual te las tienes que trabar,
así que mejor antes de hablar….toca tomar conciencia y pensar,
y por supuesto que no hay mejor palabra que la que queda por decir,
Por ello considero que no hay nada más valioso…..que la palabra, la palabra dada,
esa que hasta el ser más humilde de la tierra tiene la riqueza de poder poseer,
y que a veces al hombre más rico sobre esta tierra no la puede tener,
esa que desde niño te inculcan desde la cuna,
ya que son tus padres y seres cercanos quienes realmente te enseñan su valor,
porque desde que naces te enseñan que la riqueza de los pobres,
es lo que siembras en su camino mediante tus palabras y tus hechos,
Yo puedo ser buena o mala,
egoísta o caritativa,
guapa o fea,
tranquila o nerviosa,
gritona o calmada,
vaga o trabajadora,
introvertida o extrovertida,
inocente o maliciosa….
pero está claro que cuando doy mi palabra es para cumplirla,
y porque después de mi palabra siempre han de ir mis hechos,
porque ante todo y pese a todo………..yo siempre seré Yo.
Susana Martín
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