A TODOS LOS MINEROS

Son tantos esos días con tu funda azul,
con tu lámpara a la espalda y sobre tu casco la luz,
tantas caras negras que en mi vida vi pasar,
y esas manos negras del carbón que te toca arrancar.
Son tantos años de picar ese negro carbón hasta sangrar,
de mojarte y calarte hasta los huesos y ni aún así poder parar,
de sentir el peligro del derrumbe sin que te llegues a enterar,
o la explosión de grisú que te puede ahogar,
la muerte de un compañero, algo que nunca se pude olvidar,
o quedarse en la rampla enterrado y no saber si te van a salvar,
quedarse sin luz sin saber que rumbo o dirección debes tomar,
o quedarse sin vida en la mina, cada día sabes que eso puede pasar.
Hay tantas cosas
que solo las puedes entender o sentir
cuando has aprendido lo que en verdad es la mina.
Muchos opinan que no es para tanto,
opinan sin ni tan siquiera haberla visto de lejos,
pobres incautos que opinan sin conocimiento,
pobres lerdos que no entienden
que para ser minero….hay que tenerlos bien puestos.
Solo el escuchar esa sirena llorar,
anunciando que algo malo acaba de pasar,
hace que la angustia aparezca sin que lo puedas cambiar,
el paso de la ambulancia va acompañado de malestar,
sientes como todo tu cuerpo tiembla sin poderlo evitar,
porque sabes que esta negra amiga a alguien se quiere llevar,
sabes que tal vez un marido, un amante, un hermano, un familiar,
un hijo, un amigo………..no regresé al calor de su hogar.
Es duro sentirse bajo tierra
sin saber si hoy la suerte te acompañará,
es jugársela contra el azar a un juego que no sabes si puedes ganar,
es prevenir el presentir el peligro donde no se puede precisar.
Duro trabajo el que les toca desempeñar,
incierto lo que el futuro a la mina le ofrecerá,
pero aún así somos Cangueses y la mina siempre nos marcará,
porque Asturias es minera y dinamitera,
¿Quién me lo puede negar?
En estos días que ser minero y trabajar,
no significa a ciencia cierta que vayas a cobrar,
y para colmo de males te pasar horas trabajando sin parar,
sin saber siguiera
si hoy tendrás suerte, y al acabar tu jornada…….volverás al hogar
.

Susana Martín Rodríguez