
He nacido entre hayas y rebollos, he vivido en este bosque encantado que es la vida, en compañía de mis seres queridos, he llorado y he reído, he amado y he aprendido que en esta vida, hay que dejarse llevar aprendiendo a perdonar, hasta donde te lleve tu destino.
Y como una hoja al pasar el tiempo se cae del árbol, así me caí yo………desprendiendome y dejandome ir.
Como una hoja me dejo llevar por valles y montañas, por ríos y desiertos sin saber donde iré a parar, buscando mi destino donde el viento me quiera llevar.
Mis primeros días en el hogar, siento como el viento va arrastrando mi compañía, unas veces para siempre otras, cual torbellino que las vuelve a acercar, y cada vez me veo mas sola y desamparada, Dios mío, donde me quieres llevar.
Siento una gran ausencia que se que ya no volverá, las hojas secas, no se pueden quejar, no pueden llorar, porque solo el sol y la lluvia, pueden hacerlas flaquear.
He pasado por tu ventana, he pasado por tu local, he estado caminando por las calles y es el viento es el que me vuelve a transportar.
En esta vida de un largo caminar, hay que aprender a ir donde la brisa te quiera arrastra, puedes resistirte, puedes intentarlo evitar, pero hagas lo que hagas, no vas a permanecer en el mismo lugar.
Tal vez ese largo recorrido lo puedas afrontar solo o en compañía, esa es una decisión que solo tu puedes tomar, ya que sabes que hagas lo que hagas, te tocaran las cosas buenas y un poco mas de las malas de lo que tu te puedas esperar.
Yo solo se que al final del camino, siempre querré recordar, las cosas buenas de mi vida, las buenas personas de mi recorrido y las buenas acciones que intente realizar.
Deseo de corazón, que este viento generoso sepa acariciarme con su dulzura, envolviéndome en su manto para hacerme el camino llevadero, apartando las piedras de mi camino para que al final de este pasaje me lleve a un lugar donde descansar.
Susana Martín
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