Los españoles
cuando damos, damos doble,
ya que damos
con el alma y con el corazón
damos con lo
que fue y por lo que está por venir
y también …
ya saben señores que: “La española cuando besa, es que besa de verdad”
Y es que son
tantos los besos que quedan por dar y más aún, por recibir
hay besos de
amor que nunca se olvidan
besos
inocentes de nuestros primeros años,
besos
apasionados con los que se nos escapa un poco de nosotros mismos,
besos de
dolor y tristeza que acompañan en las despedidas en los viajes,
besos de cariño
que van unidos a una gran ternura
besos
robados que se escaparon de nuestros labios al lugar equivocado
beso últimos
que damos en el ataúd de quienes ya no volveremos a ver,
besos en el
aire que tanto nos gusta dar cuando somos niños,
besos de
reencuentro que nos llenan de felicidad,
besos
medicinales con los que las mamas sanan todas las heridas de sus hijos
besos de añoranza
que permanecen grabados en el alma
besos de
ternura cuando bendecimos las despedidas de los seres queridos
besos
traicioneros, como el que Judas dio a Jesús antes de traicionarlo
tantos besos
que acompañan nuestra vida y que seguramente muchos los llevamos en el recuerdo.
Shushannah Martin